Luís Miguel Guerra es profesor, historiador, novelista y secretario de Formación del PSC de Barcelona. También es miembro del Comité de Redacción de l’Endavant!

Prometí el otro día que hoy hablaríamos de Podemos. Y para eso, bastaría con la recomendación de ver esa joya del cine que no envejece que es “La vida de Brian”, de los Monty Python. Los miembros del Frente Popular de Judea se enfrentan al Frente Judaico Popular en lucha cainita, autodestructiva y desternillante. Hay escenas memorables, como la del anfiteatro o la de la asamblea. Imaginemos a Pablo Manuel Iglesias fundador y sumo sacerdote de Podemos diciendo aquello de: “¿Qué han hecho por nosotros los del PSOE?  Y que se vayan levantando manos, para que termine diciendo: “Bueno, y además de la salud pública, la educación pública, la entrada en la UE, el matrimonio igualitario, la ley de dependencia, la eutanasia, la UME, la baja inflación, la excepción ibérica… ¿qué más ha hecho por nosotros los del PSOE?”

Lo curioso es que también podríamos poner aquí a Feijoo y a Abascal, porque en eso Podemos es un clásico, no sólo por representante del cainismo de la izquierda, artistas de la destrucción, sino por acabar alineándose con el otro extremo. La historia está llena de esas “pinzas”.

Podemos cumple escrupulosamente con todos los requisitos de esa izquierda purista y, no sólo autodestructiva, ya que trata de destruir todo lo que tiene alrededor en una secuencia continua. La purga. ¿Qué queda del Podemos que desembarcó en el Congreso? La teoría del “gran hombre”, el dogmatismo categórico, exhibicionismo de valores que sólo ellos poseen frente al sucedáneo socialdemócrata… Lo dicho, un clásico. Y así se termina votando con VOX y PP en contra de los trabajadores. Prefieren distinguirse de la izquierda, antes que oponerse a la derecha. Tomar los cielos por asalto tiene su precio, parece ser. Y aunque sólo ellos entienden sus argumentos, da igual, de derrota en derrota hasta la victoria final, que la lógica de la izquierda pura pasa por declarar una manifestación metafísica de la única verdad alcanzable, sólo para unos pocos con nombre, apellidos y emparentados.

Cuando uno vota con la derecha, provoca con ello acciones de derechas, es tan dogmático e intransigente como la derecha, acabas siendo de derechas… ¿O a lo mejor ya lo eras? No soy dado a conspiraciones, pero cuando los ideólogos de la derecha dicen que de no haber existido, había que haber creado “Podemos”…

Prefiero seguir viendo en positivo. Venga de nuevo esa “Vida de Brian”.