Fernando de los Ríos Urruti, catedrático de Derecho, fue un político y escritor español, militante del Partido Socialista Obrero Español desde 1919, y ocupó el cargo de diputado y ministro en varias legislaturas. Su madre, Fernanda Urruti, procedía de una familia vascofrancesa, entre las que se contaban figuras destacadas como Antonio de los Ríos Rosas o Francisco Giner de los Ríos, conocido catedrático y fundador de la Institución Libre de Enseñanza.
Después de trasladarse desde Ronda a Madrid para cursar sus estudios, Fernando se trasladó a vivir a Barcelona en 1902, por razones laborales. Aquí tuvo ocasión de conocer bien a Hermenegildo Giner de los Ríos, hermano de Francisco, que le introdujo en la política activa dentro de las filas lerrouxistas. Ya unos años antes, Fernando había vivido una crisis espiritual que le alejaría de la práctica religiosa en la iglesia católica, influido, entre otros, por los artículos de Miguel de Unamuno en la revista Vida nueva.
Tras unos años de colaboraciones periodísticas y traducciones, volvió a Madrid en 1905 para realizar su tesis doctoral sobre la “Filosofía política en Platón”, y colaborar con el boletín de la Institución Libre de Enseñanza. Su contacto con los jóvenes le llevó a apoyar muchas de sus movilizaciones en la época y a interesarse por el socialismo fabiano, que se forjó en las reuniones del Ateneo madrileño (véase artículo de la época de Ramiro de Maeztu).
Siguiendo con su dedicación académica, obtuvo la Cátedra de Teoría Política de la Universidad de Granada, en la que retrasó su ingreso por su matrimonio con su prima, Gloria Giner. Mantuvo su dedicación a la política y la cultura a través de sus escritos, uno de ellos dedicado a Pablo Iglesias en el periódico El Socialista. Mantuvo su colaboración con Ortega y Gasset en Madrid, en la Liga de Educación Política, que había creado Ortega en 1913, y el diario El Sol.
El compromiso político llegó pronto, en 1919, cuando fue elegido diputado por Granada en las filas del Partido Socialista, al que se afilió ese año. Desde el principio, formó parte de la dirección del partido por su compromiso intelectual y ético. También había llegado a la conclusión de que las tesis del socialismo eran acertadas en cuanto a la regeneración social deseada que solo se obtendría a partir de un cambio en las estructuras de poder y, fundamentalmente, en las económicas. Se alineó con aquellos que defendían una línea moderada, como Julián Besteiro o Luis Araquistaín.
Conferenciante infatigable, fue ganando adeptos entre las filas de militantes y de trabajadores, así como de intelectuales. Su viaje a Washington en 1919, en representación de la UGT, para participar en la Conferencia Internacional del Trabajo, le llevaría a conocer de primera mano las reivindicaciones de los trabajadores y a defender sus derechos.
Ante la creación de la III Internacional se abrió dentro del PSOE, al igual que en los demás partidos obreros y organizaciones sindicales, un debate a propósito de la afiliación o no a la Internacional Comunista. Fernando de los Ríos se situó en contra de dicha entrada, proponiendo en el Congreso Extraordinario (que a tal efecto celebró el PSOE en julio de 1920) que el ingreso se realizara de forma condicional.
Viajó a la Unión Soviética para hablar con Lenin y, a su vuelta, un nuevo congreso celebrado en abril de 1921 respaldaría su postura contraria a la incorporación a la Internacional comunista. Ese acuerdo provocaría la escisión de la que nacería el Partido Comunista Obrero Español, que se unió después con el Partido Comunista Español para luego constituir el Partido Comunista de España. Su libro titulado Mi viaje a la Rusia soviética, publicado en 1922 y reeditado en 1970, aporta interesantes datos sobre su experiencia en el país.
Fue prolífico como escritor, publicando en 1926 una de sus obras más representativas, El sentido humanista del socialismo, en la que destaca su idea recurrente de la educación de los obreros para poder vencer los excesos del capitalismo y sus estructuras económicas y sociales. En esta obra, es importante destacar la relevancia de su “oportunidad”, ya que existía la idea generalizada de que el socialismo carecía de espiritualidad, y solamente era una ideología con una exclusiva base económica. La socialización de los medios de producción ocasionaba a muchos una idea negativa del socialismo; por eso, era importante que alguien levantara la bandera del humanismo desde el socialismo. El libro comenzaba con un estudio de lo humano, de la humanidad, y del humanismo en toda su extensión. En la segunda parte del libro se dedicaba a analizar el capitalismo con sus incidencias, para luego pasar al caso concreto español, hallando en la acción de las grandes empresas del capitalismo español el intento de controlar el interés público.
De los Ríos ganó otra cátedra sobre Derecho Político en la Universidad de Madrid en 1930 y, mientras, fue también elegido diputado en repetidas legislaturas, siendo ministro de Justicia, Instrucción Pública y Estado en diversos gabinetes republicanos. Durante un breve periodo de tiempo, también fue rector de la Universidad en 1936. Durante su ministerio en Instrucción Pública, en 1931, realizó una importante tarea, desarrollando el programa de creación de escuelas públicas y fundando la Universidad Internacional de Santander
Pero también formó parte del comité revolucionario salido del Pacto de San Sebastián el 17 de agosto de 1930. Fracasado el alzamiento republicano en Jaca y Cuatro Vientos, fue encarcelado junto a otros miembros del movimiento en diciembre del mismo año en la Cárcel Modelo (la continuidad del comité revolucionario en la cárcel facilitó el que fue poco después primer gobierno de la Segunda República). Puestos en libertad el 12 de abril de 1931, Fernando de los Ríos se convirtió en miembro del ejecutivo provisional dos días después, el 14 de abril de 1931, tras la proclamación del nuevo régimen, ocupando el cargo de ministro de Justicia.
El inicio de la guerra civil en 1936 le sorprendió en Ginebra y desde allí fue a París para encargarse de la Embajada en Francia e intentar comprar armas al gobierno francés, que no las cedió. Ese mismo año fue nombrado embajador en Washington, donde permaneció hasta finalizada la guerra civil.
Una vez finalizada esta, se incorporó como profesor en la New School for Social Research, en Nueva York, y mantuvo su actividad de conferenciante por todos los países iberoamericanos. En 1945 interrumpió esta actividad, al ser nombrado ministro de Estado del Gobierno republicano en el exilio, presidido por José Giral. Tenía una misión clara en relación con los países vencedores de la Guerra Mundial: conseguir apoyos para la República y su restauración en España. Al no conseguirlo, renunció a su puesto en 1946.
Desde entonces fue representante de la República en la ONU, como observador en el exilio. Falleció el 31 de mayo de 1949 en su domicilio de Nueva York. El expresidente Juan Negrín, acompañado de Julio Álvarez del Vayo, exministro de Estado, acudió a su entierro, en el cementerio de Kensico. Posteriormente, sus restos fueron trasladados al cementerio civil de Madrid el 28 de junio de 1980 y fueron depositados junto a los de su esposa, Gloria Giner de los Ríos, que había muerto en 1970. Junto a ellos serían colocados los restos de Laura de los Ríos Giner, su hija, a finales de 1981.
Ha sido considerado por sus coetáneos y sucesores como un ferviente defensor de los valores sociales, desde una posición regeneracionista, en un momento en que existía una honda crisis en la sociedad española como consecuencia de los graves problemas irresueltos del siglo anterior. El socialismo que él defendía, el que busca el progreso, desde la libertad, hacia un Estado social. Su obra principal, El sentido humanista del socialismo, pasó a configurarse como uno de los hitos teóricos centrales, a nivel europeo, del difícil proceso de construcción del «socialismo democrático»: liberal, reformista y humanista.
I.S.N.
Bibliografía del autor
Obras principales: https://dialnet.unirioja.es/servlet/autor?codigo=117717
La filosofía del Derecho en Don Francisco Giner y su relación con el pensamiento contemporáneo, Madrid, Biblioteca Corona, 1916
Mi viaje a la Rusia sovietista, Madrid, Caro Raggio, 1921
El sentido humanista del socialismo, Madrid, Javier Morata, 1926
Referencias
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «Biografía de Fernando de los Ríos». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en https://www.biografiasyvidas.com/biografia/r/rios_fernando.htm
De Maeztu, R. El socialismo de corbata y la Fabian Society . Filosofía.org https://filosofia.org/hem/190/9070328m.htm
O. Ruiz-Manjón, Fernando de los Ríos. Un intelectual en el PSOE, Madrid, Síntesis, 2007
V. Zapatero, Fernando de los Ríos. Biografía intelectual, Madrid, Pre-Textos y Diputación de Granada, 1999
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