¿Qué cree que define sustantivamente el socialismo democrático? ¿Cuáles cree que son sus valores y propuestas esenciales?
El socialismo democrático es una suma de la democracia como principio esencial e indispensable para el funcionamiento de la sociedad, el respeto a la pluralidad ideológica, la igualdad, la libertad y la solidaridad.
La socialdemocracia tiene como objetivo la construcción del denominado Estado del bienestar, basado en la garantía de la igualdad de oportunidades y el reconocimiento de los derechos sociales (la salud, la educación, las pensiones,…) para todos los ciudadanos.
Frente a la naturaleza que impone al más fuerte como sistema de funcionamiento y organización, el socialismo democrático propone la superación de la ley de la selva, mediante la imposición y el respeto de la mayoría como fórmula para resolver los conflictos.
¿Cómo entiende la relación entre marxismo y socialismo? ¿Qué lectura hace de la historia del socialismo?
La relación fue estrecha cuando surgieron los primeros partidos socialistas. Años más tarde, los partidos socialistas europeos evolucionaron hacia la socialdemocracia. Los socialistas españoles abandonaron el marxismo en el Congreso Extraordinario del año 1979, en la línea de la evolución que habían tenido los partidos socialistas y laboristas del resto de Europa después de la segunda guerra mundial.
El PSOE estuvo muy influido por una cierta tutela, que en los primeros años de la transición tuvo Willy Brandt y el SPD, sobre los nuevos líderes surgidos del congreso de Suresnes. Los socialdemócratas alemanes ya habían aceptado la economía social de mercado y la propiedad privada en el Congreso de Bad Godesberg, el año 1959, e identificaron claramente el partido socialista con la democracia, diferenciándose nítidamente de los partidos comunistas, partidarios todavía de la dictadura del proletariado y de una economía estatalizada. La mayoría de los partidos socialistas europeos, también en España, siguieron el camino del SPD.
¿Cuál piensa que ha sido y cuál debería de ser el vínculo entre pensamiento y praxis política en el socialismo?
Las ideas fundamentales de democracia, libertad, e igualdad, siguen siendo plenamente actuales como objetivos generales del partido socialista. Una de las claves del éxito del socialismo democrático en Europa ha sido su capacidad de adaptación a cada momento histórico de la sociedad. Para gestionar una sociedad moderna es imprescindible una gran capacidad de reacción y respuestas rápidas y eficaces para los nuevos desafíos. En un mundo en transformación vertiginosa no caben rigideces. Manteniendo los grandes objetivos, no se pueden aplicar las mismas soluciones para problemas del siglo XX o del siglo XXI. La política actual tiene que dar respuestas claras a la globalización, al cambio climático, tiene que comprometerse con el feminismo, el ecologismo, y entender también la necesidad que tienen nuestras sociedades de plantear y encontrar soluciones a nuevas realidades como la construcción europea, las migraciones, la guerra, el terrorismo, la seguridad y las alianzas militares.
¿Cuáles son, según su criterio, los retos de nuestro mundo actual en los que el pensamiento socialista necesita centrar sus esfuerzos de reflexión y/o actualizar sus postulados (desigualdades, medio ambiente, migraciones, digitalización, ciencia, globalización, representación social y política, otros)?
Todas las políticas que se abordan desde la socialdemocracia deben actualizarse permanentemente al ritmo que evolucionan los nuevos desafíos a los que se debe contestar a diario. Esa puesta al día no es óbice para que los principios y las grandes utopías estén presentes, como marco general, en todas las soluciones políticas.
En un resumen muy esquemático, la socialdemocracia actual se sigue basando en:
- Economía social de mercado como mejor fórmula para crear riqueza, con las regulaciones necesarias para evitar abusos.
- Consolidación de un potente Estado de Bienestar como garantía para la igualdad de oportunidades y la protección de los más débiles.
- Un sistema fiscal progresivo que asegure recursos suficientes para los servicios públicos esenciales.
¿Considera la forma partido como el entorno adecuado para mantener, desarrollar y difundir el pensamiento socialista? ¿Es posible o necesario el pensamiento de partido y la figura del intelectual orgánico?
La Constitución otorga a los partidos la misión de expresar el pluralismo político y encauzar la participación de los ciudadanos en la política. Son imprescindibles para el funcionamiento ordenado de la democracia.
Nadie ha desarrollado una fórmula alternativa que mejore el funcionamiento de ese sistema de participación.
Los denominados nuevos partidos que surgieron de la crisis del año 2008 y ensayaron otros sistemas han fracasado estrepitosamente.
Los partidos políticos tienen dos objetivos principales: por un lado, desarrollar y actualizar su posición ideológica en los congresos; por otro lado, seleccionar con acierto a políticos para la representación de los ciudadanos y la gestión de las instituciones públicas.
Los partidos socialistas deben perfeccionar permanentemente su funcionamiento democrático.
Con los nuevos sistemas de elección de líderes basados en las primarias, es imprescindible que la extraordinaria autoridad que el nuevo sistema otorga a los líderes no imposibilite el funcionamiento y la participación de los militantes a través de los órganos ordinarios: ejecutivas, comités y asambleas.
Es imprescindible que el partido socialista refuerce su vertiente de debate interno, de generación de ideas y de control de los elegidos.
Más que intelectuales orgánicos, deberían ser grupos de reflexión y debate en ámbitos que no se confundan con la confrontación electoral interna y evitando la tensión entre los grupos.
Marcelino Iglesias Ricou (Bonansa, 16 de abril de 1951) fue elegido alcalde de su pueblo natal de Bonansa (Huesca) en 1983, Presidente de la Diputación Provincial de Huesca en 1987 y diputado en las cortes aragonesas en 1991. En 1999 es investido presidente del Gobierno de Aragón, cargo que ocupa hasta el año 2011. En esta última etapa es también secretario general del PSOE de Aragón (2000-2012). En 2010 sustituye al frente de la Secretaría de Organización del PSOE a Leire Pajín, cuando esta es nombrada ministra del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Fue portavoz del grupo socialista del Senado de 2011 a 2014.