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Matilde Fernández Sanz (16 de enero de 2022)

15 març 2022

Entrevista a Matilde Fernández Sanz  (16 de enero de 2022)
Matilde Fernández, diputada (1989-2000) y ministra de Asuntos Sociales (1988-1993), responde a nuestro cuestionario.

– ¿Qué cree que define sustantivamente el socialismo democrático? ¿Cuáles cree que son sus valores y propuestas esenciales?

Los valores del socialismo democrático se encuentran dentro de esas dos palabras. Democracia, que para una persona socialdemócrata (emplearé los dos términos para querer decir lo mismo) no es un acto ante unas urnas cada equis años, no es un proceso temporal, ni un compromiso electoral, ni unos textos legales, Constitución y otras leyes, publicados en los boletines oficiales de los estados, que también lo son, por supuesto. Democracia para el socialismo democrático es un valor fundamental y prioritario que implica el trabajo diario y cotidiano por profundizar en ella. Es la coherencia de cada socialista en hacerla realidad con su exigencia, es su profundización y el reconocimiento constante de “los otros”. Reconocimiento personal, social y legal, el triple reconocimiento, como plantea la Escuela Filosófica de Frankfurt, para contribuir al desarrollo de sociedades que no humillen a su ciudadanía.

El valor general del socialismo democrático está también en la razón de su nacimiento: Crear organizaciones para la defensa de los trabajadores, sus derechos y su reconocimiento. Ayer (finales del siglo XIX) los trabajadores eran los que vivían con mayores desigualdades y abusos, hoy hay más rostros y más realidades por las que los partidos socialistas democráticos tienen razón de seguir existiendo.

Por último, para intentar acercarme a estas dos preguntas, déjeme recordarle el “Programa Máximo” del PSOE: “Aspiramos a un mundo sin clases o solo con una clase: la de los trabajadores libres, iguales, honrados e inteligentes. Para ello hay que hacer frente al analfabetismo de los trabajadores con una educación pública y con unas Casas del Pueblo donde se enseñe a la infancia y a las personas adultas”. Y el “Programa Máximo” Internacional que en París en 1889 dijo que nuestros grandes valores y propuestas eran: “el anticolonialismo, el anti-belicismo y que desde los partidos políticos y los sindicatos de clase teníamos que estar en las instituciones para negociar las condiciones laborales y de vida de la clase trabajadora”. Cambiemos un poco el lenguaje para que parezca más actual y….

 

– ¿Cómo entiende la relación entre marxismo y socialismo? ¿Qué lectura hace de la historia del socialismo?

Desde que nace la Internacional de trabajadores “dirigida” por Carl Marx (AIT) y van apareciendo partidos socialistas en el mundo y especialmente en Europa, la relación entre marxismo y socialismo se mantenía algo más fluida cuando se planteaban políticas a largo plazo, programas máximos; los problemas aparecían cuando se hablaba de políticas a corto plazo y de métodos de y para realizar esas políticas. “El fin justifica los medios” no ha formado parte del hacer del socialismo democrático y sí la toma de decisiones desde el ejercicio de la democracia interna y del desarrollo de las libertades. Aunque……

La historia del Socialismo está llena de luces para la mayoría de la ciudadanía del mundo y tienen también algunas sombras por decisiones y pasos dados en los que casi siempre se ve un comportamiento falto de coherencia con nuestros valores y/o una cesión ante otros poderes. La pérdida de capacidad crítica de quienes formamos parte de las organizaciones socialistas y la dependencia de y a quienes tienen “el poder”, ha debilitado siempre, en diferentes momentos, al pensamiento socialdemócrata.

Aunque les parezca algo antigua, sigo releyendo los siete tomos de Cole sobre “Historia del pensamiento socialista” y los textos de Luis Gómez Llorente sobre la “Historia del Socialismo español” y, algún otro que me hicieron estudiar para poder entrar en el PSOE, cuando en la clandestinidad no te daban, así como así, el carné de militante; y me siguen haciendo pensar. A más de los pensadores más actuales, como no.

 

– ¿Cuál piensa que ha sido y cuál debería de ser el vínculo entre pensamiento y praxis política en el socialismo?

La vinculación entre acción y pensamiento ha de ser constante y profunda porque es necesaria para no perder el rumbo en el trabajo y las responsabilidades diarias cuando una persona socialdemócrata gobierna. Las fuertes presiones que, desde los intereses particulares, en ocasiones muy poderosos, se producen, solo, casi siempre, se pueden evitar desde una concepción del interés general muy alimentada de conocimiento, reflexión y visión de futuro. Piense en el Programa 2000 que se hizo por el PSOE gobernando, pero depositando mucha libertad de pensamiento a buena parte de los intelectuales de nuestro país y de otros países. Trabajaban, pensaban, proponían y ahí quedaron documentos valiosos que aún están vigentes y son de utilidad para los socialistas de este y otros países. Recuerde los Encuentros de Jávea, después, los Encuentros de Salamanca, las publicaciones de Sistema y… ¡Qué importante es que se creen Comités de Sabios o de Expertos para que observen, propongan, critiquen, elaboren. Y cuando no se gobierna, aún esa vinculación es más necesaria para analizar las condiciones que se han de transformar para producir avances en la igualdad entre la ciudadanía, recuperando su confianza y así la responsabilidad de transformar la sociedad, inculcando los valores universales de libertad, igualdad, solidaridad, justicia, paz, …. Un gran Comité de Sabios se necesitaría en la Internacional Socialista que lleva años carente de materia gris y sin iniciativa alguna a los grandes problemas globales.

 

– ¿Cuáles son, según su criterio, los retos de nuestro mundo actual en los que el pensamiento socialista necesita centrar sus esfuerzos de reflexión y/o actualizar sus postulados (desigualdades, medio ambiente, migraciones, digitalización, ciencia, globalización, representación social y política, otros)?

El trabajo nos lo ha preparado NN.UU. con un gran Programa de Gobierno Mundial: la Agenda 2030 y los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenido y que los socialistas democráticos del mundo deberíamos asumir y desarrollar con más compromiso y coherencia. Somos internacionalistas, defendemos la ciudadanía global, pero a veces se escuchan voces nacionalistas que castran gran parte de nuestra razón de ser. La Agenda 2030 se resume en el desarrollo de dos grandes objetivos: cuidar y proteger a las personas, dándoles la igualdad de oportunidades para que puedan construir su futuro mejor, y, cuidar y proteger el planeta para y desde un consumo responsable, conseguir su sostenibilidad. Esa Agenda recuerda que podremos avanzar más y mejor si lo hacemos desde la búsqueda de acuerdos, pactos y compromisos compartidos. Junto con ese Programa, hay dos Acuerdos más que complementan la tarea a realizar en el mundo actual, son: el Pacto por los Refugiados de y en el mundo y el Pacto por las Migraciones. Esta es, en mi opinión, las tareas para esta década y deben hacerse profundizando en la democracia y empoderando a las personas.

En este siglo XXI los socialistas democráticos del mundo deberíamos ser capaces de dar pasos irreversibles hacia unas sociedades que cuidan y protegen a sus ciudadanías.

 

– ¿Considera la forma partido como el entorno adecuado para mantener, desarrollar y difundir el pensamiento socialista? ¿Es posible o necesario el pensamiento de partido y la figura del intelectual orgánico?

En un mundo cada vez más complejo y con muchos medios para informar, formar y difundir el pensamiento político en general y el pensamiento socialista en particular, las estructuras de los partidos políticos son fundamentales y básicas y por eso “están” en el artículo 6º de la Constitución: “los partidos políticos expresan el pluralismo político, concurren a la formación y manifestación de la voluntad popular y son instrumento fundamental para la participación política…”. Aunque hoy, por haberse quedado en ocasiones anquilosados en las dinámicas más absurdas “del poder”, deben ser sometidos a una autocrítica importante y a nuevas propuestas organizativas para poder sensibilizar, educar y preparar para, con mucha más coherencia, llegar a la ciudadanía.

El término de “figura del intelectual orgánico” me da pavor. El socialismo democrático tiene necesidad de Comités de Sabios que desde diferentes conocimientos aporten una visión poliédrica de la sociedad que tenemos y de las necesidades de su ciudadanía para, después, proponer aquellas políticas y cambios que corrijan desigualdades y produzcan mayor igualdad. El socialismo democrático necesita de Observatorios que analicen y evalúen los efectos de las decisiones que se tomen. Es decir, órganos plurales y democráticos que aportan conocimiento para todos.

La socialdemocracia necesita de una mayor coherencia y exigencia de sus miembros y especialmente de los que tienen responsabilidades políticas e institucionales. Voy a ponerles un pequeño ejemplo para que nos sirva para pensar y mirarnos hacia dentro. Tras el último Congreso de los socialistas españoles, un sindicalista ugetista y también militante socialista miró los datos que los 275 cargos con más relevancia (42 miembros de la C.E.F., 120 Diputados nacionales y 113 senadores de España) habían cumplimentado para que se les conociera y como información general. Solo 17 manifestaron que pertenecían a una organización sindical o profesional, 14 a la UGT, 2 a CC.OO. y 1 a la UAGA, y eso que nuestros Estatutos dicen que como el PSOE representa a la clase trabajadora y a quienes viven con mayor desigualdad, los militantes debemos actuar en algún movimiento sindical, preferentemente en la UGT, y/o profesional…. A más de lo que dice el artículo 7º de la Constitución: “Los sindicatos de los trabajadores y las asociaciones empresariales contribuyen a la defensa y promoción de los intereses económicos y sociales que le son propios…”. La coherencia y exigencia que individual y colectivamente nos hemos de exigir, forma parte de la tarea educativa de los partidos políticos para, como decíamos hace más de un siglo, seamos: trabajadores/ciudadanos libres, honrados, iguales e inteligentes.

 

M.F.S. enero de 2022.

 

Matilde Fernández (Madrid, 1950) es licenciada en Filosofía y Letras por la Universidad Complutense de Madrid. Militante socialista y ugetista, fue secretaria general de la Federación de Industrias Químicas de UGT entre 1977 y 1988, además de concejala del Ayuntamiento de Madrid, diputada nacional y autonómica, senadora, y ministra de Asuntos Sociales (1988-1993) en el gobierno socialista de Felipe González. En el año 2000 fue candidata a secretaria general del PSOE.

Forma parte activa de diferentes organizaciones no gubernamentales y, desde al año 2007, forma parte de la junta directiva del Comité español de ACNUR-Agencia de la ONU para los refugiados, y actualmente es socia de honor de esta organización.