Hoy 8 de abril celebramos el Día Internacional del Pueblo Gitano. Este día, fue declarado oficialmente en Serock (Polonia) en el año 1990 durante el cuarto Congreso Mundial Romaní, que recuerda y conmemora el Primer Congreso Mundial Gitano, celebrado en Londres entre el 7 y el 12 de abril del año 1971, del que hoy celebramos su 50 aniversario.
En este Primer Congreso se instituyeron cuestiones tan importantes como la bandera gitana conformada por una franja verde y otra azul que simbolizan el cielo y el campo, junto con una rueda de carro roja en el centro de esta, que simboliza el camino y la libertad. Además, en este Primer Congreso Mundial Gitano también se instituyó el himno gitano, se trata de una canción en lengua romaní titulada “Gelem, Gelem” que habla de los sufrimientos del pueblo gitano en épocas como la del nazismo y también habla sobre la esperanza y la luz al final de un largo camino.
Éste Primer Congreso fue fundamental también por marcar el inicio de un proceso de concienciación sobre la importante necesidad de promover y proteger los derechos civiles, económicos, políticos, sociales y culturales de todas las personas pertenecientes a este pueblo.
El pueblo gitano, perseguido durante siglos, nos ha enseñado y nos enseña a diario una gran lección, como de forma continua su unión y su identidad rompe con las fronteras de los países y con su diversidad lingüística y religiosa conviviendo en la diáspora global cerca de 30 millones de personas pertenecientes a este pueblo.
Pese a ser un pueblo con siglos de historia, desgraciadamente, el pueblo gitano, hoy en día sigue sufriendo una continua discriminación, por lo que el trabajo desde las instituciones públicas promoviendo la igualdad de oportunidades, la igualdad de trato, la igualdad de género y la no discriminación ha de seguir ocupando un lugar importante en la agenda política a todos los niveles.
El antigitanismo es el principal escollo que impide el avance del pueblo gitano, conforma una injusticia y una lacra contra la que hay que luchar a diario, de forma continua e incansable para conseguir convivir en una sociedad inclusiva en todas sus formas, una sociedad de todos y todas para todos y todas. No debemos escatimar esfuerzos en combatir aquellos estereotipos que buscan perpetuar la discriminación contra las gitanas y los gitanos.