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La tribalización de Europa – Wind, M. (Espasa, 2019)

4 març 2024

Un libro escrito al calor de los momentos más álgidos del movimiento independentista catalán y justo después de la victoria de los brexiters en el referéndum del Reino Unido en 2016. La percepción de la autora sobre el riesgo de disolución del proyecto europeo, a manos de los distintos movimientos populistas e identitarios presentes en el continente, nos deja una foto fija del pasado en un momento en el que el citado riesgo aún no se ha superado. Tiene un particular interés que dos de los capítulos del pequeño libro se centran en el procés catalán.

Marlene Wind. La tribalización de Europa. Barcelona 2019. Ed. Espasa. (título original: The Tribalization of Europe)

La autora enmarca el enfoque del libro señalando que la democracia (o, lo que es lo mismo, un régimen democrático) no se define simplemente por la capacidad de los ciudadanos para ejercer el derecho al voto. Sin el imperio de la ley y el correcto funcionamiento de las instituciones que conforman los tres poderes (legislativo, ejecutivo y judicial) y sin una esfera pública donde se pueda dar el libre e igualitario intercambio de opiniones, la democracia, afirma Wind, no es tal.

Desde estas premisas, el pequeño libro (166 páginas, incluidas la bibliografía y los comentarios) nos lleva a la descripción de los distintos movimientos identitarios, de corte nacionalista, que agitaban la política europea a finales de la segunda década del presente siglo. La autora se centra en tres casos: la tribu de la independencia catalana, el Brexit y el “giro tribal” de la Europa central (con particular énfasis en el Fidész de Viktor Orbán).

A partir de este punto, Marlene Wind se plantea distintas preguntas derivadas: ¿les importa realmente “el pueblo” a los populistas?, ¿Quiénes son el pueblo?, ¿Tienen límites las democracias?, ¿Son democracias las llamadas “democracias liberales”? Dedicando un capítulo entero al “caso del referéndum catalán del 1 de octubre de 2107, la autora concluye con su hipótesis del porqué los liberales se encuentran a la defensiva ante los riesgos para la democracia. Su conclusión es que el proyecto europeo, esencial para la supervivencia de una sociedad abierta, ni podemos permitirnos dobles raseros ni podemos parapetarnos tras unas identidades que deslegitiman la crítica y limitan la posibilidad de colaboración y compromiso.

El paso del tiempo (solo cinco años) ha convertido el texto de Wind en una relevante foto fija del momento de su escritura. Los riesgos a los que apuntaba la autora no se han desvanecido. Todo lo contrario. Pero los efectos de la pandemia, más el impacto de la invasión rusa de Ucrania y la guerra de Israel contra Hamas han complicado aún más el panorama. Un ejemplo claro de esto último es el de la injerencia rusa en la política europea, alimentando a los distintos movimientos políticos disolventes en la UE. Esta injerencia, ya identificada por Wind antes del 2019, no ha hecho sino intensificarse.

Los ocho años transcurridos desde el referéndum del Brexit y los cuatro años desde la desvinculación efectiva del Reino Unido de la UE no solo no dan respuesta a los interrogantes que plantea Wind, sobre los efectos reales del mismo (UK solo ha dejado de influir sobre la redacción de las regulaciones y la legislación de la UE sin sustraerse a su aplicación), sino que nos están permitiendo constatar los potentes efectos negativos de la secesión británica. Negativos para el conjunto de la Unión, pero muy especialmente para los ciudadanos británicos.

Casi siete años después del momento de mayor empuje del secesionismo catalán, también se están dejando sentir los costes sociales del mismo bajo la forma de la aún subyacente división interna de la sociedad catalana. Sobre este particular, los referentes políticos de Marlene Wind citados en el libro, todos ellos vinculados a Ciudadanos o al PP, tampoco anticipaban ningún camino o vía para superar aquel momento crítico, como la trayectoria de sus eurodiputados en Bruselas, unidos a los de Vox, ha dejado clara estos últimos años. Sorprende que Wind no apreciará el tribalismo de estos referentes, con los que interlocutó antes de escribir el libro.

Uno de los aspectos más interesantes (y que permanecen) planteados por la autora es lo que ella define como “desaparición del blindaje” de la democracia por razón de renta. El análisis de los votantes de Donald Trump en 2016 ya dejaba claro que el populismo contemporáneo ha calado también entre los votantes con mayor renta. Este es un fenómeno también detectado por los expertos de la parisina SciencePo.

De los riesgos del tribalismo para la evolución social y política ya disertó en el s. XIV, de forma amplia, Ibn-Jaldún (el padre intelectual de las ciencias sociales) en los extensos capítulos de su Muqaddima dedicados al análisis de los efectos disolutorios de las tribus árabes del norte de África. Unos efectos de tan alta intensidad que sus resultados han llegado hasta nuestra época. Impidiendo todos los intentos de unificación política, desarrollados durante más de seis siglos, a pesar de la unidad cultural, lingüística, religiosa y de los lazos económicos de la región.

Asabiyyah es el nombre que dio Ibn-Jaldún (Abenjaldún, le llamaba Ortega y Gasset) al vínculo de cohesión social de las tribus y grupos pequeños. Este vínculo, escribía, puede reforzarse y amplificarse a través de la educación y la religión. Pero en su punto álgido se convierte en un problema dado que impide la relación o la mezcla con otros grupos. Asabiyyah también se ha traducido como “solidaridad grupal” o “tribalismo”. Nada nuevo bajo el sol, pero sí la necesidad, voluntad y capacidad del proyecto de Unión Europea, una unión nacida para superar los nacionalismos por la vía de la federación, para superarlos.

C.V.M.

Marlene Wind (1963,  Skive): Politóloga danesa. Profesora de Ciencias Política en la Universidad de Copenhague y directora de su Centro para la Política Europea. Formada en la Universidad de Massachusetts, obtuvo su máster en la universidad danesa de Aarhus y realizó estudios en el European University Institute de Florencia. Especialista en política europea, ha colaborado como comentarista política en distintos medios daneses. En 2011 se opuso al acuerdo entre los gobiernos conservadores de Alemania y Dinamarca para un mayor control fronterizo de la inmigración.