¿Qué cree que define sustantivamente el socialismo democrático? ¿Cuáles cree que son sus valores y propuestas esenciales?
El fin que persigue el socialismo democrático es poner a las personas en el centro de todo. Todas las iniciativas políticas que se desarrollen tienen un hilo conductor que nos lleva, en función de esos valores y principios socialistas, a procurar que todas las personas tengan derecho a tener derechos, buscando su colaboración activa en políticas públicas de igualdad de oportunidades, en la salud, en la educación, en el empleo…
No encontrarte con una rampa en la salida, sino un camino que cada persona, en función de sus propias inquietudes personales, pueda transitar a lo largo de su vida, procurando herramientas que hagan posible la igualdad de oportunidades, sin olvidar que, al mismo tiempo, toda persona tiene un deber y una responsabilidad con la sociedad en la que vive.
¿Cómo entiende la relación entre marxismo y socialismo? ¿Qué lectura hace de la historia del socialismo?
La propia evolución de la historia nos deja claro que, más que una utopía, es un sueño irrealizable. En el siglo XXI es imposible sostener que la ortodoxia del marxismo en estado puro sería viable. Estamos más lejos que nunca de la abolición de las clases sociales, la supresión de la propiedad privada, etc.
Hoy, más que nunca, en los inicios del año 2025, debemos aferrarnos y defender, contra viento y marea, que ese principio marxista debe aterrizarse en la realidad, luchando por una sociedad democrática, libre y que garantice condiciones de igualdad para todas las personas, más allá de su origen social, geográfico, económico, etc. Se debe buscar siempre la participación activa de esas mismas personas en sus proyectos de vida personales, para que sean autónomas e independientes.
¿Cuál piensa que ha sido y cuál debería ser el vínculo entre pensamiento y praxis política en el socialismo?
Hoy es imprescindible que haya un vínculo ligado al equilibrio. Eso no está exento de momentos de conflicto, y cuando ese equilibrio se rompe, el realismo extremo —como, por cierto, estamos empezando a ver en muchos países del mundo— nos lleva a una sociedad de “sálvese quien pueda”, donde siempre pierden los mismos. Si se cae en el extremo de una sociedad totalmente proteccionista, sin implicación de los propios individuos en sus proyectos de vida personal, termina siendo insostenible. Por ello, es imprescindible encontrar ese equilibrio con un socialismo realista, adaptado a las nuevas demandas y circunstancias de la sociedad actual.
¿Cuáles son, según su criterio, los retos de nuestro mundo actual en los que el pensamiento socialista necesita centrar sus esfuerzos de reflexión y/o actualizar sus postulados (desigualdades, medioambiente, migraciones, digitalización, ciencia, globalización, representación social y política, otros)?
Hoy, en un mundo donde prácticamente todo está globalizado, todos esos postulados son, de alguna manera, vasos comunicantes. Lo que hacemos mal en medioambiente, digitalización o migración, etc., en una parte del mundo, tiene efectos en otra parte. La globalización ha dejado fuera a muchas personas. Incluso desde teorías políticas diferentes somos capaces de ponernos de acuerdo en cuestiones económicas, digitales o medioambientales, pero no en lo que respecta al respeto por los derechos humanos.
El pensamiento socialista no puede renunciar a sus principios y valores fundacionales, pero debe hacer una reflexión pragmática sobre cómo conseguir la confianza de la ciudadanía para llevar a la práctica un gobierno democrático capaz de gestionar esos nuevos retos globales, para que no se vuelvan en contra de la igualdad de derechos entre las personas.
¿Considera la forma partido como el entorno adecuado para mantener, desarrollar y difundir el pensamiento socialista? ¿Es posible o necesario el pensamiento de partido y la figura del intelectual orgánico?
Siempre que los partidos políticos no se conviertan en un fin en sí mismos y se mantengan en contacto con la realidad de las personas, de forma individual y colectiva, siendo la correa de transmisión entre sus necesidades de mejora y el vehículo para transformarlas en realidad a través de su participación en la vida política, no solo es posible, sino necesario. La convivencia con figuras intelectuales orgánicas es imprescindible, siempre y cuando respeten las normas y reglas de la organización.
Micaela Navarro Garzón nació en Andújar (Jaén) en 1956. Auxiliar de clínica y puericultora de profesión, cuenta con una amplia experiencia en políticas sociales y en la defensa de los derechos de las mujeres, temas que han centrado su trabajo tanto en el ámbito municipal, como en el autonómico y estatal.
Inició su actividad política durante la década de los 80 en los movimientos vecinales y de mujeres de Andújar, localidad donde fue concejala de la Mujer y Asuntos Sociales entre 1991 y 1996.
En las elecciones generales de 1996, fue elegida senadora por Jaén, ocupando la portavocía socialista de la Comisión Mixta Congreso-Senado de los Derechos de la Mujer.
En la siguiente legislatura (2000-2004) es elegida diputada por Jaén en el Congreso de los Diputados. Durante esta etapa destaca por su participación en las Comisiones de Derechos de la Mujer y en las que se constituyeron para el estudio de medidas de respuesta a la violencia de género. Señalar del mismo modo la labor desarrollada en la proposición de Ley Orgánica Integral contra la violencia de género presentada por el partido. En las elecciones generales de marzo de 2004 fue candidata n.º 1 por el PSOE al Congreso de los Diputados en la provincia de Jaén y elegida diputada.
Este mismo año 2004 es nombrada consejera para la Igualdad y Bienestar Social en la Junta de Andalucía, cargo que desempeñará hasta 2012. En esta etapa hay que destacar la aprobación en 2007 de dos leyes en Andalucía: la Ley de promoción de igualdad de género y la Ley de medidas de prevención y protección integral contra la violencia de género. Además, en el desarrollo de las políticas sociales, sitúa a la cabeza a Andalucía en la implantación del sistema de atención a las personas en situación de dependencia. En esta etapa autonómica cabe señalar que ha sido diputada de 2008 hasta 2016.
En 2016 es elegida diputada para el Congreso y ejercerá como vicepresidenta Segunda del Congreso durante la undécima y duodécima legislatura. En las elecciones generales de abril de 2019 es elegida senadora por la provincia de Jaén, siendo durante la legislatura presidenta de la Comisión de Igualdad del Senado.
En la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE, Micaela Navarro ha estado al frente de la Secretaría de Participación de la Mujer (1997-2000) y de la Secretaría de Igualdad (2000-2004), siendo la primera presidenta del PSOE (2014-2016). Ha sido también presidenta del PSOE de Andalucía y de Jaén. En la actualidad es secretaria general del PSOE de Andújar.