Esther Niubó es diputada y consejera de Educación y Formación Profesional del Govern Alternatiu de Catalunya, portavoz socialista en la Comisión de Educación, así como secretaria de ese mismo ámbito en la Ejecutiva del PSC. El pasado martes, 27 de junio, publicaba este artículo en elDiario.es, que recogemos en l’Endavant! por su importancia para conocer el análisis de la situación que vive la educación en Catalunya y la propuesta socialista de Pacto Catalán por la Educación. Además, esta semana se celebra en el Parlament de Catalunya un debate monográfico sobre la situación de la educación y el sistema educativo. ¡Os recomendamos su lectura!
La situación educativa en Cataluña vive un mal momento. A pesar de que el Departamento cuenta con el mayor presupuesto de la historia y el máximo número de docentes, el sistema educativo no destaca por sus buenos resultados, ni por su estabilidad. A la tensión de la comunidad educativa propia del final de curso, se ha sumado la angustia y la incertidumbre causada por el proceso de estabilización en marcha, la exigencia derivada de nuevos y viejos retos que hemos de afrontar como sociedad y que, al menos en parte, también pasan por la escuela, y por el agotamiento derivado de la pandemia. De hecho, la comunidad educativa ha mostrado en los últimos tiempos un gran malestar con el gobierno y la Conselleria, y esta desconfianza no ha parado de crecer.
El reciente informe PIRLS (Estudio Internacional de Progreso de Comprensión Lectora) publicado hace pocas semanas ponía de manifiesto el bajo nivel de comprensión lectora del alumnado catalán de 4º de Primaria, a la cola de España (Cataluña sólo supera los resultados de Ceuta y Melilla, y va un curso por detrás respecto al alumnado de Asturias y Madrid) y de la Unión Europea, lo cual no difiere demasiado de los malos resultados de las últimas pruebas de competencias básicas organizadas por el propio Departamento de Educación, que constatan una caída general en matemáticas y en catalán entre el alumnado de primaria, y una evolución también negativa del inglés en la secundaria.
Por otro lado, es especialmente preocupante la elevada tasa de abandono escolar prematuro que volvió a subir en Cataluña en la última EPA hasta situarse en el 16.9%, y que se debe especialmente al gran número de jóvenes que no acceden a la educación postobligatoria, a pesar de que la mitad de ellos hayan graduado en la ESO. Pero también es muy alto el abandono que se registra de media en los primeros cursos de los ciclos formativos de Grado Medio, del entorno del 40%, que limita las oportunidades formativas y laborales de miles de jóvenes, y los arrastra a la precariedad laboral, el desempleo o a la exclusión social.
Así, si bien es obvio que la pandemia no contribuyó a una mejora educativa, desde el Partit dels Socialistes de Catalunya consideramos inaceptable un descenso constante de resultados educativos que nos deja con un rendimiento muy por debajo del que tenía el alumnado catalán hace 10 años. Es más, creemos que decisiones tomadas por los últimos gobiernos de la Generalitat, muy polémicas y que no han sido consensuadas con la comunidad educativa, han contribuido también a estos malos resultados: el avance unilateral del calendario escolar el curso pasado, que dejó poco tiempo a los equipos docentes para planificar correctamente el curso, una reducción de la jornada lectiva en septiembre cuando se disponían ya de datos contundentes que apuntaban a malos resultados de las competencias básicas, que no favoreció la acogida del nuevo alumnado en los centros y que generó numerosas desigualdades y la exclusión de alumnado con necesidades específicas de apoyo, la reducción de la sexta hora también en los centros de máxima complejidad, la aprobación de los currículos una vez comenzado el curso, o la modificación de la plantilla a mitad de curso, etc. Y de hecho en mayo de 2022 las direcciones de 300 centros educativas ya habían alertado de que la calidad de la educación pública estaba en riesgo si no se tomaban medidas como la reducción de la carga burocrática, la mejora de la planificación o el incremento de la dotación de recursos y de personal.
Igualmente, preocupa mucho la disminución de la percepción de bienestar emocional que se constata en los centros educativos, tanto entre los maestros y profesorado como entre el alumnado, especialmente en su entrada a la educación secundaria y hasta la postobligatoria, etapa en la que se ha detectado un incremento de trastornos de conducta y autolesiones, y donde las tentativas de suicidio se han triplicado entre las chicas entre 2018 y 2022, y se han duplicado en el caso de los chicos.
Por otro lado, la escuela inclusiva sigue siendo un reto pendiente de nuestro sistema educativo, especialmente por falta de formación pero sobre todo de profesionales especializados suficientes de apoyo al alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo. Así, si bien han incrementado los recursos en los últimos tiempos, estos siguen siendo del todo insuficientes. No ha habido un buen desarrollo del Decreto 150/2017, de la atención educativa al alumnado en el marco de un sistema educativo inclusivo, hecho que, juntamente con el mayor número de niños y niñas con diagnósticos de trastorno del neurodesarrollo y dificultades de aprendizaje, han añadido mucha presión tanto a la escuela ordinara como en los centros de educación especial.
Y junto a este gran reto, han emergido con fuerza otros como la coeducación para combatir los estereotipos de género y generar las mismas oportunidades para niños y niñas, la educación afectivo sexual para generar relaciones más respetuosas, seguras e igualitarias, como hacer frente al acoso y ciberacoso que se da demasiado a menudo en las aulas, como fomentar la lectura, o el gran debate sobre las oportunidades o amenazas de la transformación digital y el impacto que pueden tener plataformas como ChatGPT.
Así, la situación educativa en Cataluña aconseja una profunda reflexión y cambio de modelo de gobernanza. O la inercia nos lleva a profundizar las desigualdades educativas y a consolidar un sistema de resultados mediocres, o exigimos un cambio de rumbo y trabajamos por un Pacto Catalán por la Educación que refuerce la calidad, la equidad y la gratuidad del sistema, que sea una hoja de ruta compartida por el conjunto de la comunidad educativa que genere la estabilidad requerida para promover una necesaria mejora educativa y proporcione oportunidades educativas para todos. Desde filas socialistas, insistiremos en el despliegue de un sistema educativo inclusivo, bien dotado, en un plan de mejora del éxito educativo para mejorar el rendimiento escolar, reducir el fracaso y el abandono escolar prematuro y mejorar el aprendizaje de las lenguas extranjeras, en la universalización y gratuidad de la oferta educativa 0-3 años, en un sistema de FP integrado, moderno, flexible y accesible, unos equipamientos educativos dignos y adaptados para afrontar la emergencia climática, y en un nuevo modelo de gobernanza. Desde aquí, nuestra mano tendida para avanzar en todo aquello que suponga mejorar nuestro sistema educativo, pilar de progreso, de igualdad de oportunidades y de cohesión.