¿Qué cree que define sustantivamente el socialismo democrático? ¿Cuáles cree que son sus valores y propuestas esenciales?
El socialismo democrático es la evolución del pensamiento socialista clásico incorporando valores como la solidaridad, la justicia social, el ecologismo y con especial incidencia en poner a las personas en el centro de todo, pero no desde la pasividad sino todo lo contrario, apostando por la participación activa y responsable de la ciudadanía. Pretende ser una oposición a la organización social y económica que propone el neoliberalismo. El socialismo democrático del 2024 está transversalizado por la Declaración de los Derechos Humanos y los feminismos. Desde esta posición se entiende que el pluralismo democrático enriquece nuestra sociedad y fortalece la democracia.
El socialismo democrático rechaza los métodos autoritarios de lo que supone la transición del capitalismo al socialismo, tiene en cuenta los movimientos defensores de los derechos humanos, la democracia económica y ahora los temas ecológicos. La socialdemocracia pretende promover mayor equidad económica e igualdad social en el marco de una economía capitalista. Lo importante es el pluralismo ideológico y la lucha por la igualdad.
¿Cómo entiende la relación entre marxismo y socialismo? ¿Qué lectura hace de la historia del socialismo?
El marxismo es la teoría del materialismo histórico, la abolición de las clases sociales y la supresión de la propiedad privada, creando una nueva sociedad. La ortodoxia del marxismo es inspiración para el realismo que pretende aplicar el socialismo democrático, es poner los pies en el suelo, una utopía muy realista o un realismo muy utópico.
Respecto a la historia del socialismo, tenemos de manera muy clara algunas certezas como que ha sido y es un movimiento global, y a pesar de sus fortalezas también ha estado sometido a interpretaciones de regímenes dictatoriales. Hoy en día no hay una solo forma de interpretar el socialismo, ni tan siquiera en su aplicación.
Los avances sociales del mundo son inimaginables sin la participación de socialistas o de personas con clara inclinación al socialismo. En España la historia del socialismo es la historia de la conquista de los derechos, derecho al trabajo digno, derecho al voto, derecho a decidir y por supuesto contra las dictaduras y movimientos intolerantes. Es la teoría de Karl Marx, que considera que hay dos clases antagónicas: la burguesía o clase capitalista y el proletariado o clase obrera. La sociedad en la que el medio de producción esté en manos de los trabajadores, frente al capitalismo en el que las propiedades privadas de los medios de producción están en manos del capitalista.
Hoy el socialismo se trata de unos modelos filosóficos, políticos, sociales y económicos cuya finalidad es construir una alternativa al capitalismo, para conseguir unas sociedades más justas y con una distribución mejor de las riquezas.
No hay una única forma de socialismo y tampoco hay un consenso sobre cómo aplicar estas medidas.
¿Cuál piensa que ha sido y cuál debería de ser el vínculo entre pensamiento y praxis política en el socialismo?
El binomio al que hace referencia es indivisible, no se pueden entender el realismo en su aplicación con un fuerte componente teórico. El realismo sin socialismo es el libre mercado y una sociedad individualista y el socialismo sin realismo es capaz de alejar a la sociedad. Aplicar el pensamiento a la práctica no siempre ha sido correcto, y en muchas ocasiones su aplicación ha supuesto falta de principios.
¿Cuáles son, según su criterio, los retos de nuestro mundo actual en los que el pensamiento socialista necesita centrar sus esfuerzos de reflexión y/o actualizar sus postulados (desigualdades, medioambiente, migraciones, digitalización, ciencia, globalización, representación social y política, otros)?
El socialismo democrático tiene que leer los problemas globales que tiene el mundo y dar respuestas desde los valores en los que se inspiran. Esos retos pasan por una transición justa, cumplimiento de los derechos humanos, feminismo, justicia social y los nuevos avances tecnológicos como por ejemplo la inteligencia artificial y todo ello desde una perspectiva internacionalista. Necesitamos reflexionar sobre los problemas nuevos de nuestra sociedad, como son la emigración, el cambio climático, la digitalización, la inteligencia artificial, la crisis de organismos internacionales como la ONU, etc.
¿Considera la forma partido como el entorno adecuado para mantener, desarrollar y difundir el pensamiento socialista? ¿Es posible o necesario el pensamiento de partido y la figura del intelectual orgánico?
Sin duda, los partidos son un instrumento importantísimo para el desarrollo y mantenimiento del pensamiento socialista, pero no únicamente. Los movimientos sociales han sido capaces de canalizar luchas y avances en los que los partidos se han sumado posteriormente y lo han incorporado a su agenda política y programática.
El pensamiento del partido es necesario en tanto en cuanto la sociedad sea desigual. La respuesta que ofrece el pensamiento socialista a las distintas brechas sociales solo es posible desde una sólida formación teórica y una aplicación social con una precisión quirúrgica.
Los partidos son el instrumento de participación según nuestra Constitución, y creo que son importantes, pero no la única forma de difundir el pensamiento socialista. Hay que participar en la sociedad en diferentes formas como son asociaciones culturales, vecinales, centros de cultura, centros universitarios, etc. La democracia es como una planta que hay que regar y defender diariamente y hacerlo de diferentes maneras. Para que haya democracia, es importante una ciudadanía responsable y formada.
Habría que buscar fórmulas nuevas de la organización de las sedes de los partidos, teniendo en cuenta la digitalización.
Francisca “Paquita” Sauquillo (Madrid, 31 de julio de 1943) es abogada de formación y de ejercicio durante la dictadura franquista (desde 1966), y la transición, destacando su faceta de abogada laboralista: creó en 1970 uno de los primeros despachos laboralistas de Madrid, que defendió a sindicalistas de las fábricas de Pegaso, Standard Eléctrica, etc.; defendió a estudiantes, obreros, políticos y sindicalistas, ante el Tribunal de Orden Público, destacando como activista defensora de las libertades democráticas en diferentes sindicatos, movimientos cristianos de base, y grupos clandestinos de izquierda. En 1977, un comando de ultraderecha asesinó a su hermano Francisco Javier, abogado laboralista como ella, junto a dos abogados más, un estudiante y un administrativo, en la conocida como Matanza de Atocha, perpetrada en un conocido despacho de abogados laboralistas vinculados al PCE y a CCOO.
Ya en democracia, publicó el primer trabajo sobre reclamaciones de la Ley de Divorcio de 1981. También a partir de ese año asesoró y defendió a más de 3.000 personas afectadas por el Síndrome Tóxico producido por el aceite de colza. En los años ochenta y noventa fue diputada socialista en la Asamblea de Madrid (1983-1994), senadora (1983-1994) y eurodiputada (1994-2004). Desde 1985 ha sido presidenta de la ONG Movimiento por la Paz, el Desarme y la Libertad (MPDL), y actualmente es su presidenta de Honor.